El higo es un fruto; desde el punto de vista botánico el higo es una infrutescencia (un conjunto de frutos). Existen más de 750 especies de higos diferentes entre las comestibles y no comestibles.

Esta fruta podría provenir de Asia occidental, aunque posteriormente se distribuyó por todo el Mediterráneo. Se sabe que el ser humano ya lo conocía y recolectaba antes del año 9000 a. C.

Los higos suelen medir entre 6 o 7  cm de largo y 4,5 a 5,5 cm de diámetro, aunque el tamaño varía según la variedad. Están cubiertos de una piel fina que da color a su exterior y según la variedad pueden ser de diferentes colores, desde el verde, morado o al negro. La pulpa con alto contenido energético es carnosa y de intenso sabor dulce.

El higo procede de la zona Oriente mediterráneo y en la colonización de América, llega a México. Hoy los principales productores están en Turquía, Argelia, Marruecos, Grecia, Italia y España. En México se cultivan poco más de 1,500 hectáreas con crecimiento del 27% destacando Morelos y Baja California sur con rendimientos medios de fruta fresca entre 4 y 9 toneladas por hectárea y ya en Jalisco quienes están produciendo logran promedios de 7 toneladas Zacatecas y Veracruz lideran en rendimientos con 11 y 12 ton/ha.

Las especies comestibles son muy digestivas porque contienen una sustancia llamada cradina, que es un fermento digestivo y alto contenido en fibra que mejora el tránsito intestinal; por ello, también es utilizado como laxante; ácidos orgánicos como el ácid cítrico, málico y acético; sales como potasio, magnesio y calcio, y vitaminas A, B1, B2, B3 y C. Contiene un 80% de agua y altos contenidos en hidratos de carbono como la sacarosa, fructosa y glucosa. Los frutos no maduros resultan tóxicos para el estómago.

El higo se puede desecar para convertirse en «higo seco» o «higo pasa». El fruto que no se consume en la temporada se seca al sol en secaderos similares a los de la uva pasa, pudiéndose conservar más tiempo para utilizarlo en la elaboración de diversos postres, incluso helados.

El higo seco se forma aplastando con la mano el higo fresco y colocado sobre cañizos poniéndolo al sol durante días dándole la vuelta un par de veces para evaporar la mayor parte de su agua. En este proceso debe haber temperaturas superiores a 30 °C en los momentos más soleados y no haber días nublados. El higo seco tiene respecto al higo fresco mucho más calcio e hidratos de carbono y por lo tanto más calorías y mucha menos agua. Se puede encontrar todo el año ya que al contener un alto grado de azúcares que actúan de conservante natural y al estar desecado se mantiene en perfecto estado durante largo tiempo.

Nosotros ocupamos el higo en nuestra Salsa Quetzalli «Morita con Higo» la cuál su seductora belleza de ligera dulzura, contrastante mezcla de higo y el intenso picor del chile morita, es un verdadero deleite para los sentidos.

Por su textura y picor, nuestra “salsa BBQ mexicana” es la elegida para acompañar platillos ahumados como alitas o costillas. Es la salsa que utilizamos en nuestra receta para una canoa de plátano macho frito relleno de nueces y queso feta bañado en ésta alucinante salsa.