El ajonjolí también conocido como sésamo es la semilla de una planta; cultivada por sus semillas ricas en aceite, que se emplean en gastronomía, como en el pan para hamburguesas. También es usado para hacer dulces como la halva.

Las semillas de sésamo poseen una elevada cantidad de proteínas, además de ser ricas en metionina, un aminoácido esencial. Las grasas que contiene son insaturadas, consideradas más beneficiosas que las saturadas, lo que junto a su contenido de lecitina y fitoesteroles las convierte en un alimento que contribuye a reducir el nivel de colesterol sanguíneo. Igualmente son destacables sus muy altos niveles de calcio (que interviene en la formación de huesos y dientes), de hierro (que desempeña numerosas e importantes funciones en el organismo), así como de zinc (mineral que participa en el metabolismo de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas, e incluso previene la impotencia masculina). Aproximadamente, cien gramos de semillas de sésamo crudo, contienen y aportan:

  • 598 calorías (kcal)
  • 16,9 g de proteínas
  • 58 g de ácidos grasos insaturados
  • 670 mg de calcio
  • 10 mg de hierro
  • 5 mg de zinc
  • Además de vitaminas de los grupos B y E

También contienen lignano, incluyendo la sesamina, un fitoestrógeno con propiedades antioxidantes. Entre los aceites comestibles de seis especies, el de sésamo tiene el mayor contenido antioxidante

Para absorber los nutrientes de las semillas de sésamo es imprescindible tostarlas y triturarlas (con un suribachi o molinillo de café), pero sin llegar a molerlo por completo (el puré de sésamo no tiene tantas propiedades y es indigesto). De lo contrario, se expulsan del organismo sin digerir.

Las semillas de sésamo poseen también buenas cantidades de fibra, por lo que su consumo resulta beneficioso para la regulación de la función intestinal.

Las mujeres de la antigua Babilonia comían halva, una mezcla de miel y semillas de sésamo, para prolongar su juventud y belleza; y los soldados de Roma hacían lo mismo para aumentar su fortaleza y energía

El ajonjolí puede estar ya incluido en productos como el pan tostado o las típicas  galletas que venden en tiendas naturistas, o bien pueden añadirse a gran variedad de platos. Resultan exquisitas en ensalada y en platos de pasta o arroz, gracias al peculiar sabor y textura que presentan. En España, Italia, Francia, Grecia y en el Cercano Oriente es común el consumo del ajonjolí espolvoreado sobre tortas de aceite o rosquillas.

Otro de los modos más frecuentes de encontrarlo es en aceite. Este se obtiene a partir del prensado en frío de las semillas. Conviene tener en cuenta que para poder aprovechar todas las propiedades que posee el aceite de ajonjolí es importante comprarlo sin refinar.

Un dato curioso es que cerca de un tercio del ajonjolí importado por EE.UU. de México es adquirido por McDonald’s para usar en comidas.